Cada día, miles de kilos de residuos de construcción y demolición (RCDs) llegan a plantas especializadas en tratamiento y valorización. Pero ¿qué ocurre exactamente desde que se descargan hasta que se transforman en nuevos recursos?
En RCD CIRCULAR, seguimos un proceso técnico y riguroso para asegurar el máximo aprovechamiento del residuo y el cumplimiento de toda la normativa vigente. El recorrido comienza con la recepción y pesaje, donde cada carga es registrada, clasificada y analizada visualmente. Los residuos que no cumplen los criterios son desviados o almacenados en cuarentena.
Después, pasan a la zona de segregación, donde manual y mecánicamente se separan los materiales aprovechables: madera, metales, plásticos, cerámicos, papel y cartón, entre otros. Algunos de estos residuos se destinan a gestores externos especializados, mientras que otros siguen su camino hacia la valorización interna.
El corazón de la planta es la zona de trituración y cribado, donde los materiales pétreos se transforman en áridos reciclados de diferentes tamaños. Aquí se obtienen productos como zahorra, grava o arena, aptos para reutilizar en nuevas obras.
Los residuos no valorizables son gestionados conforme a la legislación, evitando que terminen como vertido incontrolado.
Gracias a este proceso, más del 90% de los residuos que entran en la planta pueden tener una nueva vida útil. Esto permite reducir vertidos, evitar nuevas extracciones y contribuir activamente a la sostenibilidad en el sector de la construcción.